¿Han diagnosticado a tu hijo (hija) como Altas Capacidades y no tienes claro cómo comunicarte con él? Si crees que su intensidad y forma de ver el mundo te cuestan de manejar, y aún con el riesgo de generalizar mucho, déjame darte unas pautas.
¿Cuál es tu objetivo?
Ante todo, debes tener SIEMPRE presente qué es lo más importante en la comunicación con tu hijo: tu RELACIÓN con él. Ante todo. Por encima de que, por ejemplo, tenga buenos estudios. De que sea más o menos cariñoso. De que se haga la cama. De que no repita tus errores. Lo más importante es tener una relación sana con los hijos. Y esto no significa permitirle todo ni ser amigos suyos, sino que la comunicación pueda fluir sea cual sea el tema y que él sepa que se encuentra en un puerto seguro cuando está contigo. Porque el mundo está lleno de turbulencias e inseguridades, y él necesita saber que en casa puede abrirse y sentirse reconfortado cuando lo necesite. De los jóvenes que acaban en el psiquiatra, pocos lo hacen por malas notas: muchos, por una mala relación con los padres.
Ya sabes cómo comunicar: Ponlo en práctica.
El primer factor para tener buena relación es conocer las técnicas de comunicación básicas. Las que ya sabes, pero que quizás olvides cuando la emocionalidad del momento te arrastra. Por ejemplo, ya sabes escuchar y cómo preguntar; son temas que encontrarás ampliamente desarrollados en internet y que funcionan mejor cuando aceptas a tu hijo cómo es y no juzga lo que te dice. Al final del post encontrarás un capítulo de mi podcast en el que conocerás una herramienta fantástica para dialogar en familia.
La adolescencia es una fase de cambio.
El segundo factor es saber cómo son los adolescentes. No hacen lo que hacen para hacerte enfadar, sino porque su cerebro se está desarrollando y, temporalmente, es mucho más sensible, emocional y desafiante. ¡Forma parte del crecimiento! Cárgate de paciencia y de buen humor, teniendo siempre claro que hay fronteras, límites, que no se pueden traspasar. Si los pactas en frío con los hijos, así como las consecuencias cuando se ignoren estos límites, tienes ya definido el terreno de juego.
Las AACC afectan a la autoestima en negativo.
El tercer factor es saber cómo son estos hijos con altas capacidades/talentos/superdotación (lo pongo en un solo grupo para no eternizarme). Tienen sensación de soledad y de ser raros, porque desde pequeños se han sentido diferentes de sus compañeros y menospreciados por los adultos. Esto suele afectar a la autoestima a la baja (y esto es un problema muy serio). Como, además, son muy sensibles, cualquier comentario puede ser interpretado como una ofensa o ataque, haciéndoles ser agresivos o encerrarse en sí mismos. En esta situación todo se interpreta como presión. Decirles que tienen mucho potencial, que si quisieran podrían, que no se limiten al elegir estudios, ponerles objetivos… son para ellos frases que viven como exigencia. Combinadas con la baja autoestima, les llevan a pensar que no saldrán adelante y, frecuentemente, a no intentar nada y a la sensación de fracaso. Vigila cuando te comuniques con tu hijo para no herirle y ayudarle a construir autoestima.
No dejes que un hijo de 12 años te haga comportar como si tuvieras 12 años.
El cuarto y último factor se refiere a nosotros como padres. ¿Cómo estamos? ¿Tenemos el equilibrio personal que nos permita hablar y escuchar con tranquilidad? ¿La paz interior suficiente para no reaccionar de manera infantil frente a algún comportamiento infantil de los hijos?
Cuídate física, intelectual, social y emocionalmente. Alimenta tu interior con actividades que te conecten con tu esencia. Como consecuencia, estarás en condiciones para poder aceptar a tu hijo tal y como es, y no como te gustaría que fuera. La vida y forma de ser de los hijos no se pueden planificar como si fueran un guión de cine, y debemos saber aceptar que ellos son como son y, posiblemente, no como nosotros quisiéramos. Si lo aceptas, él lo notará y no sólo tendrá más autoestima: como resultado, también podrás conocer mejor a la persona que se esconde dentro de este personaje. Saber de sus preocupaciones, deseos, sentimientos… Te puedo asegurar que aceptar, respetar y amar a la persona entera es la única manera que tenemos de poder después entrar en los temas que nos preocupan o que, de entrada, son incómodos para a ellos.
En resumen…
A nivel de pequeño resumen, recuerda siempre que la relación es lo más importante que tienes con tu hijo. Busca estar tú lo mejor que puedas. Y desde aquí, escúchale y háblale con respeto, aceptando cómo es y sus inquietudes para ayudarle a hacer crecer la autoestima. Recuerda que es un adolescente y sus reacciones te sorprenderán a veces porque todavía no tiene el cerebro 100% desarrollado.
Con paciencia, humor y amor todo es más fácil.
Si quieres oir lo que te acabo de explicar, lo encontrarás aquí.
Para saber más de cómo tener un buen diálogo en familia, clica aquí (podcast en catalán)