Estás en un camino para ser mejor padre, mejor hijo, mejor persona. Entonces, ¿por qué cuesta tanto llevar a cabo los buenos propósitos de Fin de Año?
Ahora es el momento ideal para empezar a trabajar tus objetivos para el próximo año. Y no, no queda tan lejos como parece …
¿Cuál es realmente tu objetivo?
Ante todo, es necesario que tengas claro tu objetivo. El de verdad. Lo que te motiva a luchar.
¿Quieres «Estar más pendiente de los niños»? ¿O sería más atractivo «Reir cada día con los niños»?
¿Quiere «Organizarte mejor» o quizás «Conseguir tiempo para mí mismo»?
¿Qué te motiva más?
Pon tu objetivo siempre de la forma más positiva posible.
¿Por qué es importante?
En momentos de debilidad irá bien tener apuntado por qué te marcaste este objetivo. La visión de lo que conseguirás te dará fuerzas.
¿Qué acciones te llevarán a alcanzar el objetivo?
Se necesitan acciones concretas. Cuanto más concretas, mejor. Un plan. «Reservar en la agenda los miércoles de 7 a 8 para jugar con los niños» es una acción concreta. Y también «Salir del trabajo a las 6 los lunes a partir del 15 de Enero».
¿Quién te puede ayudar a conseguirlo?
Comparte tus objetivos, pide ayuda y seguimiento. El compromiso con los demás complementa muy bien nuestro compromiso personal. Sería el equivalente a decir a tus amigos que vas a dejar de fumar: te dará más fuerzas para hacerlo que si sólo lo sabes tú.
Fecha para lograrlo
Un objetivo sin fecha sólo es una declaración de buenas intenciones. ¿Cuándo quieres llegar a tu objetivo? ¿Cuándo tienes que hacer cada paso de tu plan de acción?
Ahora ya puedes escribir todo lo que has pensado; la estructura podría ser así:
¡Y recuerda poner el documento que has creado allí donde lo puedas ver todos los días!